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Manuel Osa NSUE NSUA: el impacto de la Covid-19 en la economía y en las empresas va a ser importante. Esta situación está cambiando las formas de trabajo y las necesidades y hábitos de los clientes, y sobre todo está acelerando de manera significativa la digitalización de las empresas.
A raíz de este particular, nos hemos entrevistado con el Director General de nuestra institución financiera, para informarnos sobre la manera de gestionar el Banco Nacional de Guinea Ecuatorial durante la Covid-19.
Señor Director General, ¿Cuáles son las medidas que ha adoptado la empresa frente al Covid-19?
Tras la declaración de la Covid-19 como pandemia mundial, pusimos en marcha nuestro Plan de Continuidad de Actividad, que entre los escenarios que tuvimos en cuenta en su elaboración, se recoge cómo debe responder el Banco ante una pandemia. Creamos inmediatamente un comité específico de gestión para esta crisis, que se ocupa principalmente de velar que el Banco cumpla en todo momento las instrucciones de las autoridades sanitarias y de nuestro regulador bancario en lo que respecta al Covid-19, de la protección de nuestros empleados y clientes, y de garantizar la continuidad de la actividad del Banco.
Al ser nuestra actividad muy centrada en la atención al público, uno de nuestros grandes desafíos ha sido la de atender a los más de 35.000 asalariados, incluidos los funcionarios civiles y militares, que todos los meses acuden a nuestras sucursales para percibir sus salarios. Para evitar las aglomeraciones, hemos restringido la entrada en las agencias a un máximo de 5 clientes de manera simultánea, hemos establecido un sistema de gestión de colas, asignando números a los clientes, se ha eliminado las comisiones en los servicios de atención remota (cajeros automáticos, TPVs, etc.). Y para garantizar una mayor disponibilidad de los cajeros automáticos, hemos reforzado el servicio de supervisión de estos.
Para la seguridad de nuestros clientes hemos colocado en todas las agencias material desinfectante, además de la toma de temperatura y la obligatoriedad de acceder a las instalaciones del Banco siempre con la mascarilla puesta. Igualmente, todos nuestros cajeros automáticos disponen de dispensador de gel desinfectante para el uso de los clientes.
Nuestros empleados, nuestro mayor activo, son monitoreados constantemente. Se les ha dotado de todo el material de prevención (mascarillas, gel desinfectante, guantes, etc.). El Banco ha adquirido pruebas rápidas de la Covid-19, y contamos con el apoyo de profesionales sanitarios para realizar dichas pruebas a nuestros empleados. Esta iniciativa nos permite reaccionar a tiempo para evitar la propagación del virus y garantizar que nuestros clientes sean atendidos con seguridad. Hemos identificado los empleados de las funciones y los servicios críticos para la continuidad de la actividad del Banco, estos empleados son objeto de un seguimiento muy específico.
Por otro lado, estamos viendo ya el coste económico y el sufrimiento que genera la pérdida de ingresos de muchas familias y negocios y, por eso, estamos centrados en ayudar a nuestros clientes, especialmente a los más vulnerables. Nuestro Banco está llevando a cabo la concesión de moratorias a nuestros clientes en sus operaciones de crédito. A esta fecha hemos concedido moratorias sobre créditos por valor de más de 3.500 millones FCFA a clientes cuyas actividades se han visto especialmente afectadas por la Covid-19.
¿Qué le resulta más duro de esta situación?
Lo más duro es, sin duda, la enfermedad y la pérdida de seres queridos. Todos conocemos algún caso. Y por supuesto, de las secuelas sociales y económicas que deje esta pandemia. No hay día que no piense en las empresas, pymes, autónomos, comercios, pequeños negocios y en las familias que se hayan visto afectadas por esta crisis. Es en estos momentos, cuando más lo necesitan, cuando los bancos tenemos que estar más cerca de nuestros clientes, siendo parte de la solución a esta crisis.
¿Se puede sacar algo positivo de esta situación?
Esta crisis nos ha hecho reflexionar. Trabajábamos muchas horas, viajábamos bastante por trabajo, íbamos demasiado deprisa. A partir de ahora viajaremos menos, utilizaremos más la tecnología y habrá días en que nos quedaremos en casa para trabajar. Ahora valoramos más la importancia de la salud, de la familia y de los amigos.
¿Cuáles han sido sus hábitos de vida durante el confinamiento?
Soy una persona ordenada y he tenido la disciplina de levantarme todos los días a las 6:00 h. y hacer deporte en el gimnasio que tenemos en casa. El mayor cambio ha sido estar todo el día en acción. En general mi tiempo se reparte entre videoconferencias con clientes y socios estratégicos, llamadas internas para participar en reuniones con los equipos en otras localizaciones, reflexionar sobre nuestra estrategia y crecimiento futuro.
¿Considera que esta crisis va a cambiar la forma de gestionar la empresa en el futuro?
Seguro que sí. Crisis como esta demuestran lo importante que son tres cosas: la anticipación en la estrategia, el equipo humano y la inversión en tecnología. En BANGE, lo tenemos claro y partimos de una posición de fortaleza gracias a haber centrado nuestros esfuerzos en estas tres palancas en el pasado. Asimismo, nuestra vocación de un banco universal nos demuestra, ahora más que nunca, la importancia de aprender de las mejores prácticas en gestión bancaria e integrarlas en nuestro modelo de gestión.
También creo que la crisis nos ofrece una oportunidad para poner en valor nuestras capacidades digitales, en este sentido, estamos acelerando la digitalización en todos los procesos, de principio a fin.
¿Cree que el coronavirus marcará un antes y un después en el mundo de las empresas? ¿En qué sentido?
Las empresas debemos repensar constantemente nuestro futuro. Y, en este momento de gran disrupción, provocado por la Covid-19, todavía con más intensidad. Surgirán nuevos negocios y otros se transformarán. Y sólo aquellos que no se adapten, desaparecerán.
Hay algo que me preocupa especialmente: el día después que termine el confinamiento de las empresas y de las familias. El escenario al que nos enfrentamos es desconocido y, por tanto, si una palabra define el futuro es incertidumbre. Y, cada uno desde su ámbito de responsabilidad, debemos devolver, cuanto antes, a ese futuro la necesaria certidumbre. Y aquí cobra especial relevancia el papel que los bancos jugamos en la sociedad. Queremos ser parte de la solución, protegiendo a las familias y contribuyendo a preservar nuestro tejido empresarial que es, en definitiva, el que genera riqueza y crea puestos de trabajo.
Otra cuestión que esta crisis sanitaria pone de manifiesto es la necesidad de protección de colectivos vulnerables ante situaciones de este tipo. Por eso creo que la agenda de sostenibilidad adoptada por el Gobierno de nuestro país cobra mayor importancia. Tenemos un gran reto por delante, que consiste en lograr una rápida recuperación económica tras la superación de la pandemia, y continuar en la senda de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en todas sus dimensiones, que no puede ser de otra forma que basada en un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo.
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