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La deforestación en la cuenca del Congo, que cubre Camerún, la República Centroafricana, la República del Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón y la República Democrática del Congo (RDC), aumentó un 5 % en 2021, según un informe publicado este jueves.
El estudio está elaborado por nueve organizaciones, incluido el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), muestra que se han incumplidos metas medioambientales para detener ese pérdida de vegetación.
Un año después de que más de 140 países firmaran la Declaración de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra en la anterior cumbre del clima de las Naciones Unidas (COP26), celebrada en noviembre de 2021, el objetivo de frenar la deforestación para 2030 está aún muy lejano.
«La deforestación ha sido baja en comparación con otras regiones tropicales, pero estamos viendo una tendencia ascendente en la fragmentación y la pérdida de bosques desde 2020», alertó a través de un comunicado este jueves Marion Ferrat, investigadora de la empresa asesora especializada en el cambio climático Climate Focus, que coordinó la realización del informe.
La cuenca del Congo acoge el segundo mayor bosque tropical y tiene la mayor capacidad de absorción de carbono del planeta -más que el Amazonas-, además de ser un importante reservorio de biodiversidad, al ser hogar de una de cada cinco especies del mundo.
Entre los países de la cuenca, sólo Gabón y la República del Congo se encuentran en buen camino para cumplir con la meta marcada para 2030, según el informe, al haber conseguido reducir la deforestación en sus territorios en un 28 % y un 30 %, respectivamente, hasta ahora.
De acuerdo al estudio, las principales causas para la deforestación y la degradación de la cuenca del Congo son la agricultura de subsistencia de los pequeños agricultores y la construcción de carreteras y asentamientos.
Asimismo, «las actividades industriales, como la minería, la tala y la agricultura comercial suponen la mayor amenaza para los bosques remotos e intactos (que nunca han sido explotados por el hombre) con importante potencial de secuestro de carbono».
Sin embargo, los expertos advierten que es necesario contemplar las necesidades de desarrollo de las comunidades locales y los derechos de los pueblos indígenas sobre los territorios y hacerlos compatibles con la protección de los bosques, mediante el desarrollo de planes de uso de la tierra, que necesitan fondos para ser implementados.
«Si los líderes mundiales se toman en serio sus compromisos para detener la pérdida de bosques, tienen que aumentar el apoyo financiero para la cuenca del Congo», dijo Lawrence Nsoyuni, director ejecutivo de Geospatial Technology Group, una de las organizaciones que colaboraron en el estudio.
Durante la COP26, una docena de donantes internacionales, incluyendo la Unión Europea, el Fondo Bezos para la Tierra (creado por el millonario Jeff Bezos, fundador de la empresa Amazon) y varios países se comprometieron a aportar 1.500 millones de dólares (unos 1.510 millones de euros) para la protección de la cuenca del Congo hasta 2025.
«Un año después, no está claro si esa financiación es adicional a la financiación anterior asignada a la región, quién recibirá esos fondos y cuánto (…) ya se ha desembolsado», denuncia el comunicado.
La publicación del informe coincide con la celebración de la COP27 en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, que empezó este domingo y durará hasta el 18 de noviembre, con la vista puesta en la implementación del legado de la COP26 y la financiación para los países menos desarrollados en la batalla contra el cambio climático.