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Los militares rebeldes de Mali siguen defendiendo la dimisión forzosa del presidente Ibrahim Boubacar Keita, a pesar de que el golpe de Estado ha suscitado la crítica internacional y la amenaza de sanciones.
Los líderes del golpe de Estado en Mali se están enfrentando a una amplia condena procedente de la CEDEAO (Comunidad Económica de los Estados del África Occidental), la Unión Africana y Naciones Unidas.
En su rol de presidente de la Unión Africana, Cyril Ramaphosa ha pedido la liberación del presidente Ibrahim Bouboucar Keita. Ramaphosa también ha exigido la vuelta al régimen civil.
Entretanto, la Unión Africana ha suspendido la condición de miembro de Mali en dicha Unión.
Los líderes de la junta militar de Mali permanecen firmes al reivindicar que el golpe de Estado era necesario. Los líderes golpistas se reunieron con Mahmoud Dicko.
Dicko fue uno de los líderes más destacados del movimiento del 5 de junio. Compuesto por una coalición de las fuerzas de la oposición, el movimiento lideró las protestas que reivindicaban la dimisión de Keita. Un portavoz de Dicko, no obstante, ha declarado que el clérigo musulmán se ha retirado de la política.
Mientras tanto, la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental ha anunciado sus planes de enviar una delegación al país. Dicha misión se encargará de asegurar el retorno a la democracia.