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La terminal petrolera de la compañía Total Gabon en Port Gentil, en una imagen del 19 de enero de 2017
Los productores de petróleo de África subsahariana prometieron hace años reformar sus economías ante las crisis por la caída de precios, pero vuelven ahora a encontrarse vulnerables a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus.
¿Cómo afectará a los diferentes productores de la región? Es la pregunta que se hacen todos, desde los pesos pesados como Nigeria, número uno del continente, hasta los más pequeños como Guinea Ecuatorial.
¿Quién tiene más que perder?
La crisis sanitaria que paraliza la economía mundial ha hecho caer el consumo de petróleo y provocado el derrumbe de los precios del oro negro. A pesar de un ligero repunte en las últimas semanas, a alrededor de 30 dólares el barril de Brent, se mantienen muy por debajo del promedio en el que se basaron los países productores para calcular su presupuesto.
En Nigeria y Angola, que producen respectivamente alrededor del 40 y el 30% de los más de 4 millones de barriles diarios extraídos en África subsahariana, las autoridades adoptaron presupuestos basados en un barril a 55 y 57 dólares, previsiones que tuvieron que reducir en más de 20 dólares por barril.
Además, Nigeria, Angola, la República del Congo, Gabón y Guinea Ecuatorial, todos ellos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se han comprometido a reducir voluntariamente la producción para sostener los precios.
En Angola, en recesión desde 2016, el Estado «ya se ha visto obligado a utilizar 1.300 millones de euros (unos 1.400 millones de dólares) del fondo soberano y ha acelerado el programa de privatización».
En Congo, tercer mayor productor subsahariano, el presidente Denis Sassou Nguesso pidió entre 300 y 500 millones de dólares de ayuda de emergencia al Fondo Monetario Internacional (FMI).
¿Cómo reaccionarán los pequeños países?
«La situación de los pequeños productores no es muy diferente de la de los pesos pesados de la región», advierte Siva Prasad, analista de Rystad.
Gabón, Guinea Ecuatorial y Chad producen hasta diez veces menos que Nigeria, pero los hidrocarburos son prácticamente igual de importantes en sus finanzas públicas debido al pequeño tamaño de sus economías.
Por el contrario, estos países viven realidades políticas muy diferentes.
En Guinea Ecuatorial, «la mayoría de la población no ha visto realmente los beneficios del petróleo y, con o sin crisis, no los verán», resume Benjamin Augé, investigador del Instituto francés de relaciones internacionales (Ifri).
Mientras tanto en Gabón, con casi 100.000 funcionarios para 2 millones de habitantes, si el Estado se aprieta el cinturón habrá «consecuencias dramáticas» para la población, advierte.
¿Qué países han diversificado?
En 2014, cuando los precios del oro negro cayeron por debajo de los 100 dólares el barril, los productores ya se habían comprometido a diversificar las economías para depender menos del petróleo. Por eso, las nuevas promesas de ahora dejan indiferente a la sociedad civil.
«Un eslogan que vuelve en todas las crisis generadas por una crisis petrolera», denuncia el congoleño Jean Aimé Brice Makosso, de la Comisión Justicia y Paz (CJP). «Discursos sin voluntad política y sin visión», abunda el opositor chadiano Max Kemkoye.
Aunque las instituciones internacionales recomiendan invertir los ingresos petroleros, «los países africanos generalmente no han sido capaces de desarrollar fondos soberanos«, señala Richard Bronze, de Energy Aspects.
Ghana es una excepción. «Tiene una economía mucho más diversificada que Nigeria, porque el petróleo se desarrolló tarde» en los años 2010, cuando otros recursos (minas, cacao) ya estaban siendo explotados, explica Nj Ayuk, presidente de la Cámara de Energía Africana.
¿Cuáles son los proyectos que seguirán adelante?
Aunque los precios suban, los ingresos futuros de los países productores podrían verse afectados por la necesidad de aplazar o reducir las inversiones.
Siva Prasad estima que muchos proyectos se postergarán a finales de 2021 o 2022 y que pocos se mantendrán.
Shell en Nigeria, BP, Total y ENI en Angola, ENI de nuevo en Ghana… Todos resultarán impactados, pese a que «por el momento ningún proyecto ha sido anulado», afirma Prasad.
«También hay problemas operativos en estos países para seguir trabajando respetando las normas de seguridad», apunta Richard Bronze, analista de Energy Aspects.
«Hemos suspendido todas nuestras actividades de perforación, al igual que los otros operadores en Angola», confirma Olivier Jouny, director general de Total Angola.
Las grandes petroleras podrían intentar reducir costos, como hicieron en la anterior crisis petrolera.
Según Eklavya Gupte, de la agencia especializada S&P Platts, el costo de producción en Nigeria oscila entre 15 y 30 dólares por barril, contra casi 50 dólares hace cinco años, «lo que demuestra que las compañías petroleras han tomado medidas agresivas para reducir costos».