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Uno de los temas en carpeta, según voceros, fue la ampliación de la moratoria sobre la deuda de los países pobres.
La reunión telemática fue presidida por Arabia Saudita, y ocurria un día después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicara sus previsiones.
En esas proyecciones del FMI aparece el pronóstico de un retroceso del 4,4 por ciento de la economía mundial para 2020, y la advertencia de una repercusión de la crisis durante varios años.
Las 20 primeras economías del mundo prometieron en abril pasado una suspensión en 2020 de los compromisos de deuda de los países pobres, especialmente afectados por la crisis, sin prever ayudas necesarias por la grave situación de esas naciones.
El Banco Mundial (BM) y organizaciones internacionales pidieron que esa medida se prolongue en 2021 e incluso 2022.
El presidente del BM, David Malpass, advirtió que los países del G20 podrían únicamente prorrogar esta moratoria por seis meses suplementarios.
Argumentó ese período debido a que algunos de los principales acreedores no participan en el esfuerzo de ayudar a las naciones con serios problemas financieros frente a la pandemia.
En este momento 46 de los 73 países más pobres pidieron beneficiarse de esta iniciativa, la mayoría de estos africanos.
El G20 es criticado con dureza por las organizaciones no gubernamentales y responsables políticos por no hacer lo suficiente frente a las dificultades de los países pobres.
