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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA) y la Comisión de la Unión Africana (CUA) han presentado un informe este 30 de junio 2021 donde se refleja que las frutas, legumbres y las proteínas siguen siendo unos artículos de lujo, solo los adquieren personas con elevado poder adquisitivo y la gran parte de la población africana carece de ellos debido a los bajos ingresos.
«El panorama que se perfila es que los sistemas agroalimentarios de África no proporcionan alimentos a un coste que haga asequibles las dietas saludables para la mayoría de la población, y esto se refleja en la elevada carga de enfermedad asociada a la malnutrición materno-infantil, la elevada masa corporal, las deficiencias de micronutrientes y los factores de riesgo dietéticos, «, ha dicho Abebe Haile-Gabriel, Director General Adjunto de la FAO y Representante Regional para África, junto con William Lugemwa, Director de la División de Desarrollo y Finanzas del Sector Privado de la CEPA, y Josefa Sacko, Comisario de la Unión Africana para la Agricultura, el Desarrollo Rural, la Economía Azul y la Sostenibilidad Ambiental, en el prólogo conjunto del informe.
El continente según fuentes de la FAO tiene antecedentes sobre la falta del cumplimiento de la dieta en la población africana. Esta agencia pone énfasis sobre la dieta por la importancia vital que tiene en el desarrollo de un persona y los beneficios que proporciona a lo largo de su vida, ya que a través de ella, una dieta equilibrada, se obtiene una mezcla equilibrada de hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales esenciales para mantener la salud básica. Como mantiene la FAO la dieta saludable garantiza una cantidad adecuada de calorías y nutrientes procedentes de una variedad de alimentos y previene la malnutrición y las enfermedades no transmisibles. La dieta saludable se adapta a las características individuales de cada país, al contexto cultural, a los alimentos disponibles localmente y a los hábitos alimentarios a través de directrices dietéticas nacionales basadas en los alimentos.
Los sistemas agroalimentarios africanos, según el informe, deben ser transformados para que las dietas saludables sean más asequibles para los africanos, ya que según el último Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en África, los africanos se enfrentan a algunos de los costes alimentarios más elevados en comparación con otras regiones con niveles de desarrollo similares. Los alimentos nutritivos, como las frutas, las verduras y las proteínas animales, son relativamente caros en comparación con productos básicos como los cereales y las raíces amiláceas y, según el informe, algunas de las razones son sistémicas.
El informe presenta algunos de los siguientes datos relevantes en cuanto a la alimentación y la dieta saludable en África.: Se estima que casi tres cuartas partes de los africanos no pueden permitirse una dieta saludable, más de la mitad de los africanos (51%) no pueden permitirse una dieta nutricionalmente adecuada, uno de cada diez africanos (11,3%) no puede permitirse una dieta energética adecuada, y de los 185,5 millones de personas de todo el mundo que no pueden permitirse una dieta energética adecuada, la gran mayoría (80%) vive en África.
Los datos presentados en el informe muestran que casi tres cuartas partes de la población africana no pueden permitirse una dieta saludable de frutas, verduras y proteínas animales, y más de la mitad no pueden permitirse una dieta nutricionalmente adecuada, es decir, una mezcla de hidratos de carbono, proteínas, grasas y vitaminas y minerales esenciales para mantener la salud básica. Incluso una dieta energéticamente eficiente, que proporciona un mínimo de energía y poco más, está fuera del alcance de más del diez por ciento de la población del continente.
Estos problemas presentados por el informe son los prioritarios en esta agencia, además de sus colaboradores. En busca de las soluciones solo «una visión compartida, un fuerte liderazgo político y una colaboración intersectorial eficaz, incluso con el sector privado, son esenciales para acordar las compensaciones e identificar e implementar soluciones sostenibles para transformar los sistemas agroalimentarios para dietas saludables y asequibles», según el informe.
Desde estos momentos, según el informe presentado, se debe empezar a trabajar en pequeñas actividades y acciones puntuales. Reequilibrar las dietas, se menciona en primer lugar con acción, para incluir más alimentos de origen vegetal reduciría el coste de las mismas y disminuiría los costes sanitarios y medioambientales. En comparación con las dietas medias actuales, las dietas basadas en plantas reducirían los costes totales de la dieta, incluidos los costes sanitarios y medioambientales, entre un 11 y un 21% en los países de bajos ingresos.
En segundo lugar se habla de la necesidad de transformar los sistemas agroalimentarios para conseguir una dieta sana y asequible. Los resultados subrayan la importancia de dar prioridad a la transformación de los sistemas agroalimentarios para garantizar el acceso a alimentos sanos y asequibles para todos, producidos de forma sostenible. Se necesitan políticas e intervenciones inteligentes en todos los sistemas agroalimentarios para aumentar el rendimiento, reducir los costes, promover alimentos nutritivos y reducir los costes sanitarios y medioambientales. Hay que aumentar la producción de forma sostenible, junto con intervenciones para mejorar la gobernanza de la tierra, capacitar a las mujeres agricultoras, reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y mejorar el acceso al mercado.
Otros esfuerzos necesarios son el enriquecimiento con micronutrientes de los alimentos básicos, la mejora de la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y la atención materno-infantil, la educación nutricional y las políticas gubernamentales que promueven el acceso a alimentos nutritivos a través de la protección social, la reducción de la pobreza y la desigualdad de ingresos.