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La ONG Sonrisa Emeno se crea en 2015 en Malabo para luchar y concienciar a la población ecuatoguineana sobre la enfermedad denominada Sicklemia, conocida también como anemia falciforme, una enfermedad hereditaria que produce la destrucción de los glóbulos rojos en el cuerpo de las personas enfermas.
Los pacientes con anemia falciforme tienen una hemoglobina S, que en determinadas circunstancias deforma al glóbulo rojo, lo que origina anemia, dolor en las articulaciones, huesos y lesiones en algunos órganos.
Sonrisa Emeno presentó el pasado lunes 18 de septiembre los resultados del estudio llevado a cabo por la ONG sobre la prevalencia de la anemia falciforme en Guinea Ecuatorial, siendo el objetivo del estudio realizado desde el 2018, conocer la prevalencia de enfermos y portadores de esta enfermedad en el país.
Según la Organización mundial de la Salud (OMS) la anemia de células falciformes (también llamada anemia drepanocítica o drepanocitosis) es una enfermedad genética frecuente en la que la herencia de dos genes mutantes de la hemoglobina, uno de cada progenitor, produce un trastorno de la hemoglobina (hemoglobinopatía). Las hemoglobinopatías, especialmente las talasemias y la anemia falciforme, están extendidas por todo el mundo. Cerca del 5% de la población mundial es portadora de genes causantes de hemoglobinopatías. Cada año nacen aproximadamente 300,000 niños con hemoglobinopatías importantes, de los cuales más de 200,000 son africanos con anemia falciforme.
El informe presentado por la ONG Sonrisa Enemo, que hizo pruebas a más de 3.380 niños de 0 a 1 año, obtuvo las muestras en los hospitales de todas las provincias del país y los análisis de laboratorio se realizaron en la clínica Castro Verde. Tras realizar las pruebas para determinar los individuos con esta enfermedad, el 0.96% de las muestras han resultado ser positivos o portadores de esa enfermedad.
Se clasificaron los datos según la etnia, religión, nivel educativo, provincia y género a la que pertenecían los encuestados.
Según la Directora Cristina Mbela Moliko, el estudio realizado tiene como finalidad demostrar la existencia de esta enfermedad en Guinea Ecuatorial como un problema de salud pública y despertar el interés de Sanidad y del Gobierno para establecer un programa nacional junto a la ONG Sonrisa Emeno, para así detectar a todos los portadores de esta enfermedad y poder establecer protocolos de detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de estos pacientes, todo para garantizar el bienestar en la población.
Después de la presentación de los resultados, los asistentes encabezados por el vice ministro de sanidad, han debatido con los miembros de la organización que han realizado el estudio del campo y mencionado varios aspectos positivos y negativos.
El viceministro en su intervención ha señalado la necesidad de ampliar el estudio a todas las edades para determinar la situación real de la enfermedad, ya que los datos presentados estaban basados y se ha realizado en niños con menos de 1 año, y también ha matizado sobre la importancia de la claridad en cuanto a los datos y evitar equivocaciones.
“Para convencer a un gobierno para la financiación de un plan nacional sobre la lucha contra una enfermedad hay que tener datos y evidencias que sostengan los análisis y los presupuestos a presentar, por lo tanto se debe establecer una comisión y diseñar un protocolo más amplio para realizar un estudio más grande” ha matizado el número dos de sanidad.
En las zonas donde la anemia falciforme es frecuente se necesitan centros especiales para asegurar servicios preventivos y terapéuticos adecuados. Lo ideal es la identificación de la enfermedad al nacer, gracias a un programa de detección o al diagnóstico neonatal, y que los individuos afectados acudan periódicamente a un centro donde sean evaluados. Para que se pueda prestar una atención apropiada es fundamental que haya una relación de trabajo íntima entre el profesional de la atención primaria y el centro.
Según la Organización mundial de la salud , en todo el mundo hay más portadores (o sea, personas sanas que han heredado sólo un gen mutante de uno de sus progenitores) de talasemias que de anemia falciforme, pero la elevada frecuencia del gen de la drepanocitosis en ciertas áreas da lugar a elevadas tasas de natalidad de recién nacidos afectados por esta enfermedad.
La anemia drepanocítica es especialmente frecuente en personas con antepasados originarios del África subsahariana, la India, la Arabia Saudita o los países del Mediterráneo. Las migraciones incrementaron la frecuencia del gen en el continente americano. En algunas zonas del África subsahariana, el porcentaje de niños que nacen con este trastorno puede llegar al 2%. En general, la prevalencia del rasgo drepanocítico (portadores sanos que han heredado el gen mutante solamente de uno de los progenitores) oscila entre el 10% y el 40% en África ecuatorial y disminuye al 1% a 2% en la costa
norteafricana, y a menos del 1% en Sudáfrica. Esta distribución se debe a que el rasgo drepanocítico confiere una ventaja de supervivencia frente al paludismo, con el consiguiente aumento de la frecuencia del gen mutante en las zonas con elevada transmisión del paludismo. En países de África occidental como Ghana y Nigeria, la frecuencia del rasgo es del 15% al 30%, mientras que en Uganda presenta acentuadas variaciones tribales, llegando al 45% en la tribu Baamba del oeste del país.